viernes, 19 de julio de 2013

EFEMÉRIDES FERROVIARIAS 2013-2015 EN LA COMUNIDAD VALENCIANA


 En la situación económica actual las mejores conmemoraciones serían invertir en lo que permita captar viajeros potenciales.


 

No se trata de grandes arterias de la red nacional de ancho ibérico sino de líneas de vía estrecha comarcales construidas cuando quienes las promovieron comprobaron que los sucesivos gobiernos centrales sólo apoyaban la ejecución de trazados radiales aunque hubieran centenares de kilómetros a través de páramos y zonas escasamente pobladas. Este año cumple 125 años el primer trenet de Valencia y 25 años el primer tramo del metro, en el 2014 cumplirá cien años la sección del Trenet de La Marina entre Alicante y Altea y el año siguiente la misma efeméride de la continuación hasta Denia. Para el conjunto nacional no son significativos, para la Comunidad Valenciana sí, ya que facilitaron la movilidad de los habitantes y el desarrollo económico de las zonas recorridas. 

 

En Valencia para recordar que los días 6 de junio y 18 de julio de 1888 fueron importantes para las comarcas de l’Horta Nord y del Camp de Tùria: la primera fecha por la apertura al servicio público del tramo de siete kilómetros entre las estaciones de Zaidía (después Marxalenes) y Paterna, y la segunda por la continuación de los servicios ferroviarios en los 21 km. restantes hasta Llíria.

La inauguración oficial fue el 10 de junio con un tren especial que salió de la estación Zaidía a las 11 horas y recorrió toda la línea, pero sin la asistencia, que esperaban, de la Reina Regente María Cristina, debido a la acumulación de actos, delicado estado de salud de su hijo, posterior Alfonso XIII, y su urgente retorno a Madrid por asuntos de estado. Según Las Provincias, El Mercantil Valenciano y otros diarios, hubo recepciones en las estaciones, banquete para las autoridades donde “rindieron culto con el champagne a la antiestética costumbre de los brindis “ y en el retorno retreta en el Campamento militar de Paterna.

Trenes de vapor con locomotoras británicas, de la Hunslet Engine Company, que tardaban 1 hora y 26 minutos en recorrer la línea con seis paradas intermedias, que fueron el inicio de una red de ancho métrico y 63 km. de longitud, que con cabecera desde 1892 en la estación de Santa Mónica, Estacioneta, Puente de Madera y Pont de Fusta, diferentes denominaciones en su larga historia,  conformaron un abanico de líneas con finales en Llíria, Bétera, Rafaelbunyol y Grao, que recorriendo l’Horta Nord y el Camp de Tùria han facilitado durante siglo y cuarto el transporte de viajeros, y hasta 1970 el de mercancías, de éstas, principalmente, cebollas y naranjas para su exportación por el puerto del Grao y materiales de construcción.

            Líneas donde la tracción eléctrica fue paulatinamente sustituyendo a la de vapor entre 1917 y 1925, comenzando el 5 de abril de 1917 en la línea del Grao y culminando en la de Llíria.

Red ferroviaria gestionada inicialmente por la Sociedad Valenciana de Tranvías (SVT) constituida en 1885, entre 1912 y 1964 por la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia(CTFV), que a partir de 1924 comenzó a anexionarse el Ferrocarril Valencia-Jesús a Villanueva de Castellón, y después por FEVE hasta que en 1987 pasó a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). La mencionada SVT fue constituida después que Juan Navarro Reverter consiguió aglutinar en un proyecto tranviario y de ferrocarriles a la burguesía valenciana. La CTFV constituida en Francia y en 1917 nacionalizada española para evitar vaivenes monetarios.
 

DEL TRENET AL METRO


Cuatro meses después de festejar el Centenario de la primera línea llegó el inicio del gran cambio cualitativo de los ferrocarriles de vía estrecha con la inauguración el 8 de octubre de 1988 del túnel de 6,8 km. que bajo viarios de Valencia unió los ferrocarriles de Llíria y Bétera en la zona norte con el que recorre la Ribera Alta hasta Alberic, ya que la continuación hasta Villanueva de Castellón fue nuevamente realidad cuando dos años después abrieron a la circulación el puente que sustituyó al que se llevó la pantanada de 1982.

Fue el comienzo de la red actual de Metrovalencia, marca de FGV, que está formada por tres líneas férreas con una longitud total de 126,9 kilómetros (de ellos 24 en subterráneo), dos líneas de tranvías que suman 19,9 km. y 134 estaciones y paradas entre ambos sistemas de transporte. Trenes y tranvías que el año pasado transportaron 63 millones de viajeros, un 3% menos que el año anterior, en un proceso de disminución desde los casi setenta millones del año 2008. Aunque achacable, principalmente, al paro y al menor poder adquisitivo para compras por la crisis, supongo que FGV lo tendrá en cuenta por si también hay alguna falta de competitividad en precios, servicios y rapidez en tramos de las líneas, principalmente en las continuaciones hacia Llíria y Villanueva de Castellón, teniendo en cuenta que en esta línea está pendiente la puesta en marcha del Metro Ribera para disminuir los tiempos de viaje entre sí y con Torrent y Valencia de los principales municipios: Picassent, Alginet, Carlet, l’Alcudia y la mencionada Villanueva de Castellón.

Metro con una particularidad: los habitantes de las poblaciones más cercanas a Valencia no tuvieron que acostumbrarse a su utilización, ya lo estaban, pero en superficie, de tal manera que algunos destinos tienen la misma frecuencia de trenes que cuando partían de la estación término Pont de Fusta,
 

EL TRENET DE LA MARINA
         

Es el único que subsiste de una pequeña red de líneas de ancho métrico de 348 km. de longitud que hubo entre las provincias de Alicante, Murcia y Valencia. En su origen fueron cuatro líneas correspondientes a otras tantas compañías que conformaron dos largos recorridos: Alicante-Denia-Gandía-Carcagente (160 km.) y 188 km. entre el puerto de Gandía y Cieza. Pequeña red que enlazaba en Agres, Alicante, Carcagente, Cieza y Villena con ferrocarriles de vía ancha de las compañías MZA y Norte que a partir de 1941 fueron nacionalizados y gestionados por Renfe. El de vía estrecha entre Carcagente y Denia fue sustituido hasta Gandía por la prolongación de la línea de ancho ibérico desde Cullera y desde 1974 está pendiente de ejecución su continuación hasta Denia. Los de Alcoy al Puerto de Gandía y V.A.Y (Villena-Alcoy-Yecla) con su continuación hasta Cieza fueron suprimidos por falta de tráfico, ya que el carbón, su principal mercancía, lo sustituyeron las industrias por electricidad y derivados del petróleo, y con sus obsoletas instalaciones y trenes no podían competir con la carretera para el transporte de viajeros y restantes mercancías.

Sin embargo el de Alicante a Denia, que fue estudiado para vía ancha y se construyó en métrica tras cincuenta años de dilaciones y como línea de interés local para facilitar la movilidad de sus habitantes y transportar, principalmente, productos agrícolas y pescado, continua en activo favorecido por el auge turístico de La Costa Blanca, las soluciones aplicadas en los años setenta y ochenta del siglo veinte y las obras posteriores de adentramientos urbanos, mejora de vías y nuevos trenes, aunque pendiente de la realización de muchas obras en su trazado para que sea un eficaz medio de comunicación en toda La Marina


ASÍ COMENZÓ SU HISTORIA
 

La línea férrea por La Marina formó parte de los estudios de un proyecto, a su costa y sin auxilio alguno, del alicantino Juan Bautista Lafora, para unir con vía ancha Alicante con Murcia y Denia, retomando a partir de 1864 parte del viejo proyecto del Murcia-Figueras de 1845 y otros posteriores sin realizar, para establecer comunicación por la costa hacia Valencia, Barcelona y Francia.

Lafora vió inaugurar el 11 de mayo de 1884 (TopTurisme 07-04-2013) la línea entre Alicante y Murcia, cuyos estudios y proyectos le vendió en 1881 a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces cuya pretensión era prolongarla posteriormente hasta Granada para que su red tuviera una salida al mar por Alicante, enlazando importantes comarcas agrícolas con algunas con incipientes industrias, y continuarla por la costa buscando el enlace hacia Francia. Sin embargo, sus proyectos no se cumplieron y el Ferrocarril entre Alicante y Murcia quedó como isla apartada de la citada red de ferrocarriles.

En cuanto a la sección Alicante-Denia no encontró el Sr. Lafora quien se interesara para su construcción y explotación, incluso cuando en 1.900 lo propuso a capitalistas ingleses. Generalizadamente argumentaban que los hacía rehuir la poca riqueza agrícola, única existente junto a la pesca, en la mayor parte de la zona a recorrer. Desilusionado y con edad avanzada, en 1902 cedió los derechos al catedrático de minas José Carbonell Morán quien a su vez los traspasó a la Compañía de los Ferrocarriles de Alicante a la Marina S.A. Española para un ferrocarril de ancho métrico y al amparo de la ley de 1877 que favorecía la creación de líneas que acercaran viajeros y mercancías a las líneas grandes. Con ello se esfumó totalmente el ofrecimiento que José Campo le hizo a Juan Bautista Lafora para ensanchar su línea entre Denia y Carcagente y favorecer la continuidad del tren de La Marina con ancho ibérico hacia Valencia y Francia, que la Generalidad Valenciana tiene el proyecto de retomar con el Tren de la Costa cuando lo permita la situación económica estatal y autonómica.

Pero tampoco acudió el capital en cantidad suficiente y tras un periodo de discontinuidad en las obras fue liquidada la sociedad y declarada la caducidad de la concesión Alicante-Villajoyosa el 18 de junio de 1910. En cuanto a la del tramo Villajoyosa-Denia fue declarado “estratégico” el mismo año y adjudicado a los Srs. Boffinet, Solmos y Cía., quienes a su vez consiguieron la nueva concesión como “secundario” del tramo Villajoyosa-Alicante el 8 de julio de 1911. Con la colocación de la primera piedra de la estación de Villajoyosa por el Rey Alfonso XIII el 28 de octubre de 1911 se reanudaron las obras, realizadas por la empresa francesa Societé de Travaux Publics hasta su terminación.

El 28 de octubre de 1914 fue inaugurado el tramo entre Alicante y Altea y el 11 de julio de 1915 la continuación hasta Denia, donde el tren de La Marina estableció enlace con el ferrocarril del mismo ancho que continuaba hasta Carcagente.

Ambos tramos fueron inaugurados con sendos trenes especiales en los que viajaron autoridades e invitados y se detuvieron en las estaciones del recorrido a las que acudió el vecindario en masa acompañado por bandas de música. Como es lógico los diarios destacaron que por fin el Ferrocarril llegaba a La Marina.

Historia de los proyectos, peripecias, construcción y actos del Trenet de La Marina que pormenoriza Vicente Ramos en su libro “Historia de la provincia de Alicante y de su capital”.

Trenes de vapor, remolcados por potentes locomotoras (4 de la alemana Hanomag y 6 iguales pero construidas por la Maquinistra Terrestre y Marítima de Barcelona) que empleaban 3 horas y media horas en recorrer 94 serpenteantes kilómetros con túneles y altos viaductos entre Alicante y Denia. En 1950 llegó una tímida modernización en forma de dos autovías de fabricación artesanal para cercanías entre Alicante y Campello y un servicio en días alterno, recorriendo toda la línea y tardando tres cuartos de hora menos que los trenes de vapor, y en 1959 con automotores diesel se podía viajar entre Alicante y Valencia por la costa (200 km) en 5 horas con transbordo al tren de vía ancha en Carcagente.

Un ferrocarril que gestionó la compañía E.S.A. (Estratégicos y Secundarios de Alicante) hasta su integración en la estatal F.E.V.E. en 1964 cuando cesaron las ayudas para compensar el déficit de explotación. La entidad estatal sustituyó la tracción de vapor por tractores diesel, aunque hubo vapor hasta que ceso el transporte de mercancías en 1971 (fuel para la cementera de Denia), y aumentó el servicio de automotores, pasando de 350.000 viajeros en 1964 a 1.262.000 en 1977 (incluidos 148.000 del Limón Exprés), con altibajos intermedios por dos supresiones consecutivas: tramo Carcagente-Gandía en 1969 y en 1974 de la continuación hasta Denia. Aumento, principalmente, al ubicar apeaderos en todos los lugares de posible captación de viajeros, teniendo en cuenta que la mayoría de las estaciones intermedias están mal ubicadas respecto de los centros urbanos de las localidades por cuya cercanía pasa el tren. Según me dijeron en los años ochenta el director que envió FEVE para cerrar la línea por deficitaria, en vez de hacerlo propuso soluciones para mejorar la explotación, siendo las más importantes la ubicación de apeaderos, que aplicó tras la aprobación de sus superiores.  

Explotación que en 1987 pasó a F.G.V. entidad de la Generalidad Valenciana que hasta ahora ha realizado mejoras en estaciones, adentramiento soterrado bajo viarios de Alicante, una línea de tranvía en servicio y otra, que dicen funcionará pronto, y ampliaciones de servicios con moderno material hasta Benidorm, continuando con reformados trenes diesel hasta Denia.
 

LAS CONMEMORACIONES
 

Además de estar a la espera de la terminación de las obras de electrificación hasta Altea y del acondicionamiento adecuado hasta Denia, las grandes inversiones realizadas en material, vías, adentramiento soterrado en Alicante y trenes no han estado acompañadas con la realización de importantes variantes (con la excepción entre Benidorm y Hospital) que ya estudiaron en los años setenta del siglo pasado para suprimir tramos serpenteantes con curvas cerradas que obligan a reducir mucho la velocidad en un ferrocarril al que le añadieron más curvas de las necesarias para que midiera más de 90 kilómetros y le dieran subvención a sus promotores. A pesar de las deficiencias a subsanar y como contrapartida a las obras realizadas el aumento de viajeros ha sido creciente, siendo 6.045.742 los registrados el pasado año en una explotación de 141,16 km. con 60 estaciones y paradas. Sólo un 0,1% inferior a la cifra de 2011, que fue un 16,29% superior a la de 2010.

Por ello, en esta época de crisis con deudas por doquier, además de  exposiciones fotográficas, mesas redondas, viajes con el material actual y actividades de entretenimiento para grandes y chicos, las mejores conmemoraciones de los centenarios  serían: adecuar un apeadero provisional junto a la estación de Adif en Alicante, terminar la electrificación hasta Altea, retomar los proyectos para realizar las variantes que permitan reducir la duración de los viajes, extender la modernización hacia Denia y darle uso al material del Limón Exprés que está a la espera desde el año 2005 de gestionadores decididos, máxime cuando las autoridades valencianas no se cansan de alabar, otros asunto es invertir, la importante tabla de salvación económica del turismo.  

En cuanto a Metrovalencia la mejor conmemoración sería terminar  el tramo de 10 km. entre Manises y Riba-roja 1, que ya acumula cuatro años de retraso, y abrirlo a la explotación como prolongación de la línea 5 del metro, y establecer los prometidos servicios exprés (Metro Ribera) en la línea hacia Villanueva de Castellón para captar viajeros potenciales.

Cantidades importantes a invertir, pero migajas comparadas con los costes de la alta velocidad y de otros proyectos ruinosos.

Y ya que nombro la alta velocidad, los sucesivos ministerios de Fomento no se han destacado por su clarividencia inversora al destinar ingentes cantidades de euros a proyectos de dudosa rentabilidad, y, en proporción, no tener una modesta cantidad para construir una corta derivación para que llegaran los AVE y otros trenes hasta Benidorm, el principal destino turístico de España, que además hubiera sido el inicio del Tren de la Costa.
 

                                                             Esteban Gonzalo Rogel
 

Publicado en Topturisme.com      el 07-07-2013

 

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